Te levantas con el sonido de la lluvia, miras por la ventana y esta todo gris, no hay un alma por la residencia porque es fin de semana y la mayoría de la gente se va a sus casas, con sus familias y amigos… ¿y tú? Tú te quedas en Parchment Square, como cada día, como cada fin de semana. Piensas “yo ahora estaría en…. con…. y haciendo…..” Pero lo piensas casi durante dos meses y hasta dentro de otros dos no podrá suceder…
Piensas que la gente se va olvidando de ti, pero en el momento más inesperado te llega un mensaje o una llamada que te hace darte cuenta de que no… que toda la gente a la que echas de menos también te echa de menos a ti, y sonríes y lloras y echas más de menos.
Quieres volver pero…
… conoces gente estupenda, visitas sitios maravillosos, ves unos paisajes que nunca habrías podido imaginar de lo bonitos que son, vives unos momentos que no podrás olvidar jamás, te pegas las mayores fiestas del mundo… y todo eso, compensa lo anterior, estoy madurando y me estoy conociendo a mí misma, cosa que nunca me había parado a hacer.
Con lo que… quieres volver pero te quieres quedar, es la pescadilla que se muerde la cola.
¿Puedo llevarme allí todo lo que tengo aquí? No de forma material, pero lo llevaré siempre en mi corazón y mis recuerdos.