Carpe Diem

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Llegada!

Teresa y yo nos disponemos a embarcar en el avión, montamos una cola bastante larga por qué no habíamos sacado los ordenadores de las fundas y además íbamos tan cargadas que no nos aclarábamos…
Cargadas con todo, abrigos y sudaderas incluidas miramos la puerta de embarque (la 21), estaban dispuestas de mayor a menor, después de la puerta 22 no había nada… Ya estábamos sudando la gota gorda y la puerta de embarque se suponía que estaba abierta hacía 5 minutos… Volvimos a mirarla y justo la habían cambiado, era la 27, vuelta  atrás. Pensábamos que íbamos tarde, y sin embargo hubo un retraso para abrir de una hora, había un problema con el avión y lo iban a cambiar. Después de una hora, embarcamos, colocamos todas nuestras cosas (la gente miraba un poco raro…) y cuando ya parecía que íbamos a despegar... una dulce voz inglesa habla por megafonía diciendo que el avión tenía problemas técnicos también y tardarían otra hora más… Tere y yo teníamos un poco de miedo y tratamos de hablar lo máximo posible para no pensarlo, pero creo que para ambas fue insuficiente!
El avión despega, en perfectas condiciones, nos esperaban 2 horas y 40 minutos de vuelo para llegar a las 4 de la madrugada a un país que no era el nuestro, con un idioma que conocemos más bien poco y con un frío que nos dio hasta la risa… Pero todo fue sobre ruedas, nos entendimos bien con el taxista y el bedel de la residencia y en una hora estábamos en nuestra humilde morada.
Al día siguiente, uno de los bedeles (Lyan) fue tan amable que nos llevó en coche a un centro comercial para que hiciéramos las compras y devolvernos sanas y salvas a la residencia, nos regaló las bolsas de la compra y dos adaptadores para la corriente, en un rato se convirtió en nuestro papi irlandés!
Llega la compañera del piso, francesa, muy maja, pero un poco vergonzosa, poco a poco vamos cogiendo confianza… pero… viene un problema añadido… ya son tres idiomas, da gusto ver como los mezclamos, sobre todo yo… pero por lo menos, nos reímos, que al fin y al cabo es lo importante J

lunes, 5 de septiembre de 2011

despedidas

El jueves fue un día muy especial…
…quedé para cenar con mis queridas Cobras, que a todas ellas las quiero con sus defectos y virtudes, como ellas me quieren a mi…
Ellas querían hacerme llorar, pensé que no lo iban a conseguir, pero solo con decir algunas palabras ya lo habían logrado…
Después de la cena, con innumerables risas llegó el momento de la sobremesa, me había levantado un momento y al volver a mi sitio había una enorme bolsa roja que contenía un regalo… al abrirlo me emocioné mucho, pero no quería llorar, me costó muchísimo contenerme. Era un calendario hecho por todas ellas. En cada mes había fotos de todas nosotras, de fiesta, viajes, playa… sin duda recuerdos que hacen que cada día que pasa me sienta orgullosa de las amigas que tengo.
Después de verlo con detenimiento, en el momento de los abrazos ya no pude contener mis lágrimas…
Creo que no hay mejor frase para describir lo que sentí en ese momento que esta:
“la vida no se mide por las veces que respiras, sino por aquellos momentos que te dejan sin aliento”
Vosotras, cobras, me dejáis sin aliento continuamente.
Con estas pequeñas frases quiero dejar reflejado que vosotras sois las mejores amigas que se pueden tener, cada una de vosotras aportáis a mi vida un poquito de felicidad y alegría.
Sin más preámbulos solo me queda decir que… ¡OS QUIERO MUCHO!
El viernes hice mi despedida en el Pub San Nono, pero estaba demasiado cansada, todo el mundo lo notó. La gente me pedía que me quedara, pero de verdad estaba sin fuerzas. Me dio mucha pea despedirme de todo el mundo, pero enseguida vuelvo J
El sábado me vine a alicante para despedirme de la gente de aquí, salí con casi todos mis amigos, la verdad me sentí muy a gusto. De repente, mis niños (Andrés, Mikel, Adri y Fidel) aparecieron con un montón de globos y dos velas (que no entendí demasiado bien por qué las tenía que soplar XD) y me cantaron despedida feliz, despedida feliz… Son pequeños detalles que hacen que cada día me llenéis un poco más y os hagáis un hueco en mi pequeño corazoncito… (Ya sabéis, una de cal y otra de arena).
Llega el domingo, día de partir… despedirme de mis padres y mis hermanos, fue una de las sensaciones más raras que he tenido nunca, me dio mucha pena, y sí, volví a llorar…
También me dolió mucho despedirme de mi prima, que te quiero mucho niña, y lo vas a pasar genial en Alemania!!!
Llegamos al aeropuerto…